En él, un grupo de monjes, jóvenes, adultos y ancianos, viven dedicados a la búsqueda radical y exclusiva de Dios, siguiendo la Regla de San Benito.
Aunque cada monasterio benedictino es una familia autónoma e independiente, la historia testifica el surgimiento de agrupaciones de monasterios que, conservando su autonomía, se ayudan y estimulan fraternalmente. Tales agrupaciones suman hoy 21 “congregaciones benedictinas”, unidas a nivel mundial en la Confederación Benedictina. Nuestro monasterio pertenece a la Congregación de Subiaco, y fue fundado en 1968.
Para colaborar con Dios en la obra creadora, y para atender a nuestro sostenimiento, los monjes nos dedicamos durante varias horas cada día al trabajo manual en el interior del monasterio (apicultura, arte, artesanías, dulces y confituras, trabajos del campo, etc) , y atendemos igualmente a todos los oficios domésticos (cocina, lavandería, limpieza). Ya lo dice San Benito, igual que de la “Lectio”: “En determinados tiempos deben los monjes ocuparse en el trabajo manual”( RB 48,1); y da tal importancia a las ocupaciones materiales, como elemento fundamental en la búsqueda de Dios, que afirma : “Pues entonces son verdaderos monjes cuando viven del trabajo de sus manos, como nuestros padres y los Apóstoles” (RB 48,8).En la tienda, contigua a la portería, ofrecemos a los huéspedes y visitantes los productos de nuestro trabajo, de cuya venta depende en gran parte el sostenimiento de la comunidad.
Oración, “Lectio”, estudio, trabajo, orientados por entero a la búsqueda de Dios, exigen un ambiente que posibilite esta actitud permanente de escucha y diálogo con El. Es por ello que tienen importancia central el retiro, la soledad y el silencio.
Así mismo, como ayuda a la radicalización de la fraternidad entre los que formamos la familia monástica, e igualmente como condición de disponibilidad para la acogida a los hermanos, la estabilidad (en la comunidad y en el monasterio) tiene especial valor en nuestra vida.
4:00
Levantarse
4:30
Oración - Vigilias
5:45
Lectio Divina
Oración - Laudes
Eucaristía
Desayuno
Trabajo
Oración - Sexta
Almuerzo
Descanso
Oración - Nona
Clases y/o trabajo
Estudio Personal
Oración - Vísperas
Lectio Divina
Comida
Aseo
Recreación
Oración - Completas
Descanso.
A quien se siente llamado por el Señor a seguirlo por el camino monástico, la comunidad le ofrece su ayuda, mediante el siguiente proceso de integración:
Un tiempo de mutuo conocimiento a través de algunas estadías en el monasterio, espaciadas una de otra, y crecientes paulatinamente hasta una experiencia de tres meses continuos compartiendo la vida con los monjes. Este contacto entre la comunidad monástica y el hermano que toca la puerta del monasterio, aporta elementos valiosos para el discernimiento inicial .
Después del tiempo dedicado a este discernimiento previo al ingreso, se inicia la etapa del postulantado que tiene un año de duración, y con el cual se comienza propiamente la experiencia monástica en forma continua compartiendo de lleno la vida con la comunidad .
Con el rito de iniciación monástica se empieza el noviciado, que dura entre año y medio y dos años, tiempo dedicado al estudio de la Regla, la historia, la tradición y la espiritualidad del monacato, y que posibilita al hermano el discernimiento en orden al compromiso con el Señor mediante la profesión monástica.
Al término del noviciado se hace, entonces, la profesión temporal, por tres años, tiempo éste en el cual se continúa el esfuerzo de profundización en las fuentes monásticas, y se atiende también a la formación teológico-patrística.
Con la profesión solemne y consagración monástica se llega al momento del compromiso definitivo: Promesa de vivir para siempre como monje en el seguimiento de Jesús. En la Regla de S. Benito leemos: ”El que va a ser admitido, prometa delante de todos en el oratorio estabilidad, vida monástica y obediencia” (RB 58,17). Este compromiso incluye los tres votos tradicionales (castidad, pobreza y obediencia) y todas las demás implicaciones de la vida del monje, tal como son señaladas en la Regla y como las ha subrayado la tradición monástica. La estabilidad significa la vinculación a la comunidad y la radicación en el monasterio para toda la vida.
Llegados a este punto, vale la pena aclarar lo siguiente: El monasterio no es una casa de formación sacerdotal. El hermano que ingresa viene a ser monje, a vivir “tomando por guía el Evangelio” , como nos dice S. Benito desde el prólogo de la Regla, en el ritmo de vida anteriormente descrito. Todos los hermanos de la comunidad reciben igual formación monástica y teológica, con las necesarias adaptaciones a las posibilidades y al proceso de vida de cada uno. Cuando la comunidad ve necesaria la presencia de otro hermano sacerdote, llama a la ordenación presbiteral a cualquiera de los monjes en quien, después de ponderado discernimiento, se perciben signos claros de vocación para el ministerio ordenado. Los monjes-sacerdotes viven su ministerio al interior de la comunidad monástica, y su ordenación no fundamenta ningún régimen de excepción en cuanto a observancias se refiere, al contrario, de ellos dice S. Benito que han de dar a todos mayor testimonio de humildad. El hermano que ingresa debe discernir, pues, con mucha claridad desde el comienzo sobre su libertad interior frente a toda “expectativa sacerdotal”.
La hospitalidad ocupa un lugar importante en la vida de los monjes benedictinos. El monasterio dispone de una modesta hospedería para acoger a las personas que quieran vivir unos días de oración y silencio.
Para mayor información, puede contactar al hermano hospedero en el teléfono (57)(4) 861 08 39 o al celular 314 681 66 08. Dado que el número de habitaciones disponibles es limitado (8) recomendamos hacer sus reservaciones con buen tiempo de anticipación.